El famoso show deportivo nocturno, El Chiringuito, no está pasando por su mejor época. Pedrerol parece estar seco, Florentino parece haberle cerrado el grifo de la información y el famoso presentador catalán está viendo como su programa está cayendo en picado ante la falta de exclusivas creíbles y con un elenco de tertulianos enfrentados con el madridismo que, sin que sea un programa madridista ni mucho menos, es una de las grandes bases de televidentes. El madridismo puede ser fácilmente la mitad de España, ya no contemos Latinoamérica, por tanto enfrentarte con la afición madridista no es la mejor de las estrategias para reflotar tu programa.
Tertulianos como Soria o Jota Jordi siguen en el programa aún después de lanzar mensajes de auténtico odio contra el Real Madrid y sus jugadores; Soria con su campaña anti Vinicius o Jota Jordi llamando asesino franquista a Bernabéu, son solo algunas de sus perlas. Por otra parte, el “superagente” de jugadores Bravo sigue participando a pesar de su patinazo con Vinicius.
Pero si hay algo que puede tener de atractivo el famoso programa deportivo, es la inclusión de ex jugadores en su elenco, los cuales muchas veces, con conexiones directas dentro de cada club, pueden darnos alguna perla de información digna de mención.
Este ha sido el caso de Paco Buyo, ex portero del Real Madrid y, presuntamente, amigo cercano de Al Khelaifi, que en el programa de ayer lanzaría una bomba que ilusionará al madridismo. Tras debatir sobre el caso Mbappe y su llegada de aquí a 1 año, Paco Buyo dijo lo siguiente: “El PSG ha puesto un precio a Mbappe, 200 M de euros. El Real Madrid ofrecerá 120M. Creo que Mbappe terminará viniendo este verano“. Palabras ilusionantes para una afición ávida de fichajes top y que, muchos de ellos, sueñan con la llegada del galo.
El antiguo guardameta español tiene una cercana relación con el entorno qatarí y, al igual que en el pasado ya alertó de las dificultades de negociar con ellos, ahora parece más optimista que nunca y que la posición de fuerza que ha cogido Mbappe afirmando una y otra vez que continuará en el club parisino, obliga al PSG a sentarse a negociar y tener que ser ellos los que agachen las orejas y bajen sus pretensiones. La presión por quitárselo de encima la tiene el PSG, caso muy distinto al de 2021 donde la presión la tenía el club blanco queriéndolo sacar.