Este verano el Real Madrid confirmó el traspaso de Jude Bellingham por el conjunto blanco, un fichaje que, pese a su gran bagaje en la Bundesliga, no terminó de crear una gran expectación en un madridismo pendiente del culebrón Mbappé. Pero al de Birmingham solo le hizo falta enfundarse de blanco para desatar la Judemanía, un amor incondicional del aficionado merengue por su nueva flamante estrella. Bellingham se destapó a base de goles, calidad, trabajo y, sobre todo, esa comunión perfecta con las granas del Bernabéu.
Un inicio como no se conocía en el mundo del fútbol, tirando del carro madridista con goles realmente importantes con puntos vitales en la pelea por La Liga y registros al alcance solamente de leyendas como Cristiano Ronaldo. Participaciones estelares, como su primer Clásico donde encasquetó dos goles al eterno rival, con un golazo antológico con el que bajó los brazos a la grada culé, que se veían victoriosos contra los merengues, que le llevan a conquistar el premio que le certifica como el mejor jugador sub20 del mundo.
Es el nuevo Golden Boy, enhorabuena Jude Bellingham

Así, tras el robo del año pasado donde Gavi le arrebató el trofeo a Bellingham, el inglés se resarce conquistando dicho trofeo, el cual certifica al de Birmingham como el mejor jugador del mundo sub 20 que, unido al trofeo Kopa, demuestra el enorme nivel que mantiene el 5 madridista, quien ya oposita como uno de los favoritos para ganar el Balón de Oro en años venideros.
El nuevo ídolo del madridismo sigue creando tendencia, siendo un jugador que nada más llegar al Real Madrid recoge ese papel de líder y se consolida como el jugador más importante de la plantilla blanca. Un jugador que, nada más llegar a Valdebebas, tiene a la afición a sus pies, que ya cantan el archiconocido “Hey Jude” de The Beatles cada vez que el inglés marca en el Bernabéu. Jude y el Real Madrid protagonizan un matrimonio perfecto que pronostica éxitos durante muchos años.