Tras su salida de la selección española, Luis Enrique ha sonado para más de un equipo.
El entrenador asturiano ha estado buscando un nuevo proyecto deportivo, donde él tenga poder de decisión y que este mismo proyecto gire en torno a él y sus decisiones.
De esta forma llegará al PSG, un equipo a la deriva lleno de egos y que se muestra anticompetitivo en Europa. Buscando reflotar este navío, el equipo parisino ha fichado al español, especialista en limpiezas de vestuario al que no le tiembla la mano a la hora de sentar jugadores o de directamente mandarlo a la grada.
Luis Enrique llega en medio de una tormenta dentro del vestuario, donde una de sus máximas estrellas está por salir del equipo y, conociendo a lucho, no creo que aceptase la oferta del club parisino sin saber de antemano la disponibilidad de los jugadores.
Aunque el propio Luis Enrique había puesto como una condition sine qua non que Kylian Mbappé estuviese presente en el vestuario del Parque de los Príncipes para posibilitar su llegada como entrenador del PSG, según el medio francés: “estas exigencias parecen haberse rebajado misteriosamente cuando el entrenador asturiano habría empezado a trabajar de forma oficiosa con los asuntos deportivos“.
El propio técnico español ya habría planificado la temporada sin el de Bondy, con una lista de 6 nuevos jugadores y el club trabajando en nuevas incorporaciones, el PSG reforzará la plantilla a gusto del asturiano, quien ha pedido a Joao Félix si termina saliendo Mbappé.
De momento el PSG lleva gastados 130 M de euros sin ninguna venta más que la masa salarial que dejan libre Messi y Ramos, pero hay que sumar los nombres que están sonando, uno de ellos es Kolo Muani, que vendrá a ser la nueva referencia en el ataque y, el ya mencionado, Joao Félix. Un enorme gasto que tiene que justificarse con la venta de una de sus mayores estrellas.