Tras la victoria “in extremis“ del Real Madrid en El Clásico de este sábado con esa sufrida victoria de 1-2 para la cual dimos nuestra opinión final aquí, en Tribuna Merengue, el goleador culé de la tarde salió a la palestra y las palabras de Gündogan desatan un terremoto en Barcelona que ven como se abre un nuevo frente en la entidad, la cual vive asfixiada por el descontrol financiero y los problemas jurídicos del caso Negreira-Barça que, cada vez más rápido, cierran el cerco sobre un Barça que no ve salida.
Iklay Gündogan muestra la cara no visible del Clásico cuando, tras una dolorosa derrota en su propio campo, contra su eterno rival y que pone al club catalán por debajo de Madrid y Gerona con 4 puntos a remontar, aparece un estuario apático, resignado, sin enfado ni sentimiento. Una actitud que desconcierta al veterano jugador alemán, quien conoce de sobra las grandes citas en su época en el Manchester City y donde, tras partidos de este calado y con derrotas de este estilo, los sentimientos salen a flor de piel, mientras que en el club azulgrana se vive un ambiente de resignación total.
Guerra total ante las palabras de Gündogan
Y es que tras las palabras de Gündogan las reacciones han sido varias y variopintas, con una amplia parte del barcelonismo que aplaude la sinceridad de Gündogan y exige ese punto de enfado y competitividad a sus jugadores, mientras que otro sector más presidencialista parecen atacar al jugador turco-germánico por la crítica a sus compañeros, los cuales salieron visiblemente afectados del estelar duelo.
La realidad, para el madridismo, es que el Barça se muestra como un equipo frágil físicamente y débil mental y moralmente, incapaz de aguantar más de 1 hora competiendo al máximo nivel y que, jugadores como Gündogan son los que pueden señalar el problema que tanto les cuesta ver al barcelonismo y conseguir esa mejora que, poco a poco, cristalice en una estructura mucho más competitiva.
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