Florentino siempre se muestra como un presidente cercano, tanto con los miles de aficionados que buscan una foto con el mandatario blanco como con sus jugadores, a los que tiene casi como a sus hijos. Una muestra del gran corazón que atesora Florentino, quien maneja el Real Madrid con una endereza y genialidad al alcance de muy pocos, por no decir de nadie más. Siempre mostró su gran confianza en Vinicius, defendiéndole de los continuos ataques de la prensa, incluso en sus mejores momentos, y con la misma confianza da alas a este crack del conjunto merengue.
Así lo confirman en Relevo, de la mano de Jorge Picón, que asegura que: “”Florentino Pérez está muy contento con Eduardo Camavinga, en varias ocasiones le ha dicho: “Eres el mejor”. Una confianza total del mandatario blanco en el centrocampista francés, quien cuenta con todo el apoyo de Florentino, que ve en el joven galo uno de los jugadores franquicia para los próximos años del Real Madrid, quien es ya todo un ídolo en el Bernabéu.
Camavinga, el “ojito derecho” de Florentino Pérez

El centrocampista galo es uno de los jugadores capitales de esta nueva plantilla del Real Madrid, jugando en hasta 3 posiciones diferentes y siendo la nota diferencial en todas ellas. Como pivote suplente de Casemiro y Tchouameni, como interior (su posición natural) y como lateral izquierdo de circunstancias, dando un estelar nivel donde cabe recalcar su encomiable trabajo en la 14ª Champions del Real Madrid, donde saliendo como pivote suplente supuso un toque diferencial para terminar de cristalizar las épicas remontadas blancas.
Como lateral también protagonizó un papel galáctico contra el Barcelona con el 0-4 en el Camp Nou en el último Clásico que vivió el centenario estadio, un póker que encasquetaron los blancos a su máximo rival para remontar la eliminatoria y colocarse en la final de la Copa de S.M el Rey que terminó ganando al Osasuna. Un jugador que resulta vital para el esquema merengue, gracias a su versatilidad, trabajo defensivo y su capacidad de romper líneas, con un físico privilegiado que le proporciona ventaja a la hora de luchar todos los balones.