Durante el verano os informamos del caso de Iker Bravo, jugador fichado para crack y que, tras mostrar su mejor versión con Arbeloa dio el salto al Castilla de Raúl para seguir su progresión habitual. Pero para el entrenador madrileño la falta de profesionalidad de Iker, unido a sus salidas nocturnas continuas y la falta de disciplina que mostraba, fueron motivos suficientes para retirar la confianza en el delantero español, mandándole directamente al banquillo y obligando al club a tomar una decisión drástica.
Ante el mal ambiente que parecía existir con Iker Bravo, el Real Madrid le mandó de vuelta junto con Arbeloa, quien parece tener una habilidad innata a la hora de tratar con los más jóvenes, una mezcla perfecta entre mano dura y carácter con esa capacidad para saber abrir la mano cuando es necesario. Sin embargo, tras un prometedor inicio de temporada que indicaba la recuperación del español, todo parece derrumbarse de nuevo.
Iker Bravo, fichado para crack, puede ser sentenciado

Así lo confirma MARCA, quienes avisan que: “Tras un comienzo prometedor a las órdenes de Arbeloa en el Juvenil A, una vez que se decidió bajarlo del Castilla, su rendimiento ha vuelto a sufrir un frenazo importante. El delantero vio la primera amarilla “por intentar golpear a un rival con el pie sin estar el balón en juego ni en disputa” e inmediatamente después la segunda por protestar al árbitro. Una expulsión en el 49′ con empate a uno que le costó muy cara al Juvenil de Arbeloa, que acabó perdiendo por 3-1 contra el Valladolid“.
Iker Bravo vio una roja por primera vez en la quinta jornada, el 30 de septiembre a domicilio ante el Sanse. Dos amarillas lo mandaron al vestuario antes de tiempo, la primera en el minuto 70 por encararse con un adversario sin llegar al insulto o la amenaza” y la segunda en el 91 por una entrada temeraria en la disputa del balón. Una expulsión que fue el comienzo del nuevo túnel deportivo en el que anda metido.
A raíz de aquella roja estuvo sin jugar dos partidos, ante el Rayo Majadahonda por sanción y frente al Adarve por lesión. Volvería al once frente al Alcorcón, pero después de tres partidos sin marcar (Alcorcón, Braga y Atlético) y en los que su rendimiento no estuvo a la altura de lo que se espera, a Arbeloa no le tembló el pulso tras darle varios toques de atención y lo mandó al banquillo. Fue suplente ante el Amistad y en la vuelta ante el Braga en la Youth League. La paciencia de Arbeloa se agota, e Iker podría ver su historia de blanco con las horas contadas
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