Tras el pitido final que coronaba a la selección española como campeones de fútbol femenino llegaba la polémica tras el beso de Rubiales a Jenni Hermoso, un acto realmente feo pero que tuvo una repercusión mundial, llegando hasta la ONU. Una polémica totalmente agrandada por políticos y medios para convertir una anécdota o un gesto reprochable en prácticamente un delito de agresión sexual. Un caso en el que todos tienen que hablar y, tras el comunicado ayer de la RFEF y la plantilla del combinado nacional, Carvajal se pronuncia dando su propia opinión.
Ante todo este revuelo Carvajal pone un punto de cordura al afirmar que: “¿Jenni Hermoso víctima? Hay personas jurídicas que deben decidir. Admitimos que el comportamiento del presidente no fue el adecuado pero tendrán que ser los estamentos los que determinen si Jenni Hermoso es víctima o no; no podemos condenar sin saber qué sucedió“.
Polémica politizada, así lo ve Carvajal.

Una polémica politizada para buscar el mayor provecho posible por ciertos grupos ideológicos, así lo ve Carvajal declarando que: “Se ha politizado tanto el tema que tienes miedo, tienes miedo de opinar, tienes miedo de decir cualquier cosa que puedas cometer errores o que pueda ser mal interpretada. Y creo que por eso la gran mayoría de los jugadores españoles no han hablado“. Unas declaraciones que muestran el ambiente social existente en estos días donde se coarta la libertad de expresión si no coincides con la opinión popular del momento.
El fútbol es pura pasión, emociones que te hacen pasar malas jugadas como pudo ser el caso Rubiales, tal y como nos explica el madrileño: “Mentalmente en el fútbol hay muchas emociones, muchos momentos de forma y estados de ánimo. Hay que intentar no dejarse influenciar por la vida personal en el deporte y el deporte en la vida personal. Sepáralo, sabes que es un trabajo que te apasiona mucho. en el que respondes a mucha gente“. Sin disculpar a Rubiales pero poniendo cordura a un caso que se lleva al extremo.
Eso es un señor hablando, como se nota que es del R. Madrid, si señor.