Las redes culés y afines al Barcelona siguen ardiendo tras las novedades del caso Barcelona-Negreira que sume en un caso de corrupción sin parangón en la historia de España al conjunto catalán. La afición culé sigue viendo atónita como la justicia sigue dejando contra las cuerdas al club azulgrana, el cual está consolidándose como el equipo más corrupto en la historia de España y uno de los punteros en Europa y, para intentar salir de ese atolladero, buscan fake news y noticias de hace 50 o 60 años para intentar auto justificarse y, de paso, atacar al Real Madrid.
En esta ocasión vamos a desmentir la última foto que los culés han hecho viral, una escena donde el árbitro Ortiz de Mendibil salió en hombros del Santiago Bernabéu, colegiado que falleció recientemente y que usan su nombre para atacar al conjunto blanco. En un ejercicio de desinformación y manipulación sin parangón, los gerifaltes de las redes culés afirman que Ortiz salió del Bernabéu a hombros por los jugadores blancos, dejando entrever que el Madrid pagó al árbitro para salir beneficiado por su arbitraje.
La realidad de la fotografía que las redes culés viralizan
Las cuentas barcelonistas archiconocidas por todos han twitteado al unísono la misma fotografía, afirmando en ella que el colegiado Ortiz de Mendibil salió del Bernabéu a hombros en Copa del Europa, siendo para ellos una prueba fehaciente de los robos del Madrid en el viejo continente. Sin embargo vamos a desmentir las redes barcelonistas y a contar la realidad de esta famosa imagen que tantos lloros nos muestra en Twitter.
Para contrarrestar los efectos del Barçagate o caso Negreira-Barcelona, que tiene al club catalán contra las cuerdas ante la acusación del juez, algunos culés han vuelto a sacar esta foto de Ortiz de Mendibil a hombros en el Bernabéu. Es nuestro estadio pero no jugaba el Real Madrid, sino que la foto de Teodoro Naranjo (ABC) pertenece a la final de la Copa de Europa de 1969 entre Milan y Ajax, que tuvo como campeón al Milan de Nereo Rocco (perfeccionista del catenaccio). De nuevo los culés quedan en ridículo.