El pasado sábado se vivió en Sevilla uno de los atracos más lamentables que se han vivido en el fútbol español, el árbitro De Burgos Bengoetxea cumplió la misión a la perfección del CTA , conseguir que el Real Madrid se dejase puntos en la plaza andaluza con un gol anulado por una no falta sobre Ocampos, un penalti a Vinicius no pitado y reiteradas faltas sobre Jude Bellingham nos sancionadas, además de una mano clarísima que tampoco vio la amarilla. Un atraco sin precedentes que, junto a lo vivido en el partido del domingo del Barcelona ,confirman el Negreirato. Sin embargo las cámaras de DAZN consiguen la confesión del colegiado vasco.
Tal y como la dicha cadena española se hace eco de Super-8, Ricardo de Burgos Bengoechea hizo la siguiente confesión a Vinicius Junior, quien de forma reiterada se quejaba del lamentable arbitraje que protagonizó el colegiado español: “que me he equivocado, pues claro que sí Vini, ya te lo he dicho“. El árbitro acepta su gran error al no señalar un penalti de Jesús Navas sobre Junior dejando que continúe la jugada como si nada y consiguiendo que, al final, el Sevilla arranque un punto de un enfrentamiento que debería haber terminado con la victoria del Real Madrid.
Filtran la confesión de De Burgos a Vinicius

El árbitro vasco cumplió su misión, conseguir que el Real Madrid pinchase en Sevilla con un penalti que no pito, con un gol que anuló cuando no debía de haberlo anulado, otro por un fuera juego más que dudoso sobre todo viendo el gol del Barcelona al día siguiente y, sobre todo, con una actuación que dejaba claro que el árbitro tenía la intención de que los merengues se dejasen puntos y así apretar la clasificación para que el Barça, si gana el clásico del fin de semana, consiga auparse al liderato.
Un escándalo que desde los medios y periodistas más bufanderos intentan ocultar con una suerte de atraco del Real Madrid por una entrada fuera de contexto de Jude Bellingham, que según ellos es de roja cuando apenas da para una amarilla, más allá de la supuesta falta de Rüdiger que condiciona el segundo gol anulado que ni siquiera llega a ser falta ya que antes de contactar con el jugador despeja el balón y ya es luego en carrera cuando los dos chocan.