Ayer el fútbol español volvió a demostrar lo corrupto y sucio que está, una muestra más de la podredumbre existente dentro de los organismos que se encargan de dirigir el fútbol en España, un escándalo que, de nuevo, salpica al Barça y su relación con los árbitros. Las quejas de Xavi ya no son cualquier tontería, sino que parecen guionizar las acciones que deben emprender los colegiados que, si no danzan al son de la música culé, ponen en riesgo sus carreras.
El Barça no consiguió pasar del empate a 0 frente a un rocoso Getafe que, si bien es un equipo duro e intenso, no se sale de la legalidad a la hora de mostrar esa dureza, mientras que la única agresión existente fue del culé Rapinha, un partido que, aunque fue dificil, el árbitro supo llevar, pitando correctamente y revisando toda la acción del penalti a Lewandoski donde pudo observar la mano existente de Gavi que anulaba dicho penalti, un arbitraje claro y bien ejecutado, pero claro Xavi no estaba de acuerdo.
La pataleta del entrenador catalán y de toda la caterva mediática culé que inunda de lloros las redes sociales parece ser el camino a seguir del CTA, los herederos de Negreira que, tal y como hizo el entonces vicepresidente, quiere asegurarse un trato de favor para los culés. El Comité Técnico Arbitral ha empezado la temporada con otro escándalo, han sancionado a Soto Grado (árbitro del Getafe-Barça) con un duro neverazo que, según palabras del CTA, “es para que descanse“, porque claro, arbitrar un partido debe ser durísimo a diferencia de árbitros como Hernández Hernández que arbitran al Real Madrid, ya sea desde el terreno o desde el VAR, cada partido.
Soto Grado les da 25 minutos y se quejan.

Y es que los lloros culés no señalan solamente el penalti no pitado a favor de los catalanes por mano de Gavi, sino que Xavi ha puesto el grito en el cielo por el poco tiempo de juego efectivo que tuvo el partido, queriendo reducir su fracaso a que el paro constante del juego les dejó sin posibilidades de desplegar su juego y de conseguir la victoria. Pero lo cierto es que el Getafe-Barcelona fue el 2º partido con MÁS tiempo efectivo de toda la jornada, solo por detrás del Athletic-Real Madrid que tuvo 1 minuto más, una diferencia ridícula.
Pero eso no es todo ya que, además, todo ese tiempo “perdido” según los catalanes tampoco fue así, ya que todo ese tiempo perdido por las faltas se recuperó en forma de tiempo añadido, que superó los 20 minutos e hizo que el partido durase 115 minutos, prácticamente una prórroga entera. Un detalle que no mencionan y que resulta curioso ya que, cuando el Real Madrid se quejó de no añadir al tiempo extra los minutos que realmente se perdieron en uno de los partidos de hace 2 temporadas, arbitrado también por Soto Grado, la reacción fue totalmente distinta.
Con el Barcelona añadimos 25 minutos, en los que encima se dedican a llorar y buscar constantes piscinazos buscando el penalti favorable, pero cuando es el Real Madrid a quien le paran el juego, el árbitro tuvo esa reacción tan distinta; “Habéis tenido 90 minutos para marcar“.
